Biografía


LAUREANO BRIZUELA, ARTISTA VISUAL (Catamarca, Argentina 1891-1951)

DATOS BIOGRÁFICOS

Laureano Brizuela, fotógrafo y pintor, fue un artista visual de marcada incidencia en la construcción y el desarrollo de las artes plásticas de la provincia de Catamarca y del Noroeste Argentino.

Nació en San Fernando del Valle de Catamarca el 12 de junio de 1891. Sus padres fueron José Electo Brizuela Cáceres y Mercedes Giménez López. Huérfano de madre en la primera infancia es criado por su padre en la casa de su abuela. Allí sus tías, Thelma (profesora de lengua y pedagogía y vicedirectora de la Escuela Normal de Niñas de Catamarca) y Esther Brizuela brindan tanto a él, como a sus dos hermanos menores, José Electo (nacido en 1893) y Francisco Antonio (1895) cariño y una educación orientada hacia el arte.

La casa de su abuela Idelfonsa Cáceres quedaba a una cuadra de la plaza principal de la ciudad de Catamarca (Salta y San Martín) Es probable que Laureano haya tenido en ese espacio sus primeros contactos con los fotógrafos que diariamente ofrecían ahí sus servicios. La curiosidad y una profunda capacidad de observación permitieron aprender la técnica de la fotografía estenopeica; a los once años fabricó su propia cámara y se las arreglaba para hacer tomas y revelar en su casa.

Con su padre frecuentaban el Círculo de Obreros de Catamarca, que brindaba a hijos de obreros y trabajadores, clases gratuitas de música, teatro promoviendo actividades culturales. Su hermano Electo conformaba la Compañía de Teatro del Círculo de Obreros y es muy probable que Francisco recibiera en el mismo lugar las primeras lecciones de música con el maestro Mario Zambonini. A los 16 años ya era segundo violín en su orquesta.

Ambos hermanos, Electo y Francisco, cursaron la escuela secundaria en la entonces Escuela Normal de Varones, donde se recibieron de maestros. De Laureano no se encontraron documentos que testimonien el trayecto de su escolaridad; se conoce por testimonios de la familia que desde niño quería ser fotógrafo y que le interesaba el cine.

Los tres hermanos Brizuela Giménez fueron socialistas. Electo trascendió como docente y dirigente del Partido Socialista de Entre Ríos; la ciudad de Concepción del Uruguay lo recuerda con un monumento en memoria a su actuación política y educadora. Francisco (Panchito) murió, como su madre, de tuberculosis a los 26 años, el 20 de febrero de 1921 en Andalgalá, ciudad del interior de Catamarca, donde se lo recuerda como músico y maestro. A su esposa Haidée Acosta no le permitieron enterrar el cadáver en el cementerio cristiano del pueblo, por sus ideas políticas. Sus alumnos lo enterraron en el viejo cementerio abandonado de Chaquiago en las afueras de la ciudad en el lugar destinado a los no católicos.

EL FOTÒGRAFO  

José Electo, el padre de Laureano muere en 1907.   En esa época, su hijo mayor viaja a la ciudad de Santa Fe con el fin de formarse como fotógrafo y trabajar. Sus precoces habilidades en este oficio le permiten ingresar al prestigioso Estudio de Fotografía del alemán Augusto Lutsch, allí, de la mano de Manuel Garcilaso -discípulo de aquel y heredero del estudio – se convierte en fotógrafo profesional.

La intensa vida cultural de Santa Fe y de Rosario, fruto del apogeo económico de una provincia próspera, de gran actividad portuaria poblada por inmigrantes, permiten al joven artista formarse sólidamente en su oficio y mantenerse. En ese momento Santa Fe era “el reino de la tarjeta postal”, sus estudios fotográficos eran los más importantes del país, tanto por la calidad de sus fotografías, como por la cantidad y demanda de su producción. Su maestro en la fotografía Manuel Garcilaso era socialista, amante de la ópera, fotógrafo y pintor, rasgos que tiene también su discípulo. El estudio Lutsch, era uno de los más grandes y mejor dotados en cuanto a tecnología de ese momento en la ciudad de Santa Fe, allí Brizuela es formado en el riguroso manejo de la luz y de la composición. Por otra parte, el estudio organizaba periódicamente exposiciones de fotografía y de pintura. La permanencia del jovencito Laureano en él, significó una verdadera escuela de formación.

En la ciudad de Santa Fe Laureano saca su libreta de enrolamiento en el año 1911, siendo incorporado al Distrito Militar Nº 36 de la Región III. Poco tiempo después, en el mes de mayo de 1912, fue incorporado al Regimiento de Roque Sáenz Peña, en la provincia de Chaco, donde prestó servicios en los Fortines hasta el mes de diciembre. Fiel a su profesión, Brizuela toma fotografías de la vida en los Fortines, que hoy constituyen un registro documental histórico de ese momento.

Tenía apenas 20 años cuando empieza a exponer sus fotografías en la Asociación El Círculo de Rosario, institución de notable influencia cultural en la región.

Desde Santa Fe Brizuela viaja periódicamente a Catamarca y fotografía paisajes de su tierra. Sigue con su estudio, hace retratos que son revelados en Casa Lutsch y entregados en formato postal. En 1915 gana una medalla de plata en la Exposición Internacional de San Francisco, California. En 1920 el Primer Premio a la Obra de Carácter Nacional en Rosario otorgado por el Círculo de Rosario y en 1921 el Primer Premio en Paisaje por “Alrededores de Catamarca” otorgado por la misma institución.

 En 1916 se casa con Ercilia Bailat Bailat, hija de suizos franceses, quien será su compañera de toda la vida, sostén y crítica de su obra y de sus proyectos, su modelo y la madre de sus hijos. El testigo civil de la boda es el fotógrafo Manuel Garcilaso.

BERMUDEZ, EL MAESTRO DE BRIZUELA

Luego del nacimiento de su primera hija, la pareja se instala en Catamarca donde Brizuela profundiza su relación con el pintor Jorge Bermúdez. Con su aliento decide dedicarse de lleno a la pintura y dejar la fotografía artística. Jorge Bermúdez, de sólida formación académica, había nacido en Buenos Aires en 1883, estudió arte en Paris y en España, donde fue discípulo de Zuloaga. Llega a Catamarca a principios del siglo XX, buscando motivos para su pintura. Seguía el mandato de la época: pintar lo propio, lo que hoy llamaríamos la Argentina profunda, la Latinoamérica interior con su paisaje y su gente. El maestro estaba casado con la catamarqueña Ofelia Rivera Olmos.

Cuando nuestro pintor estaba en Santa Fe, Bermúdez gana el Premio Adquisición en el Salón Nacional de 1914 y es medalla de oro en la afamada Exposición Internacional de Río de Janeiro en 1915, oportunidad en la que Brizuela gana también la medalla de Plata en fotografía.

Bermúdez y Brizuela hacen una exposición conjunta en la ciudad de Catamarca en el año 1921, por una invitación del maestro, junto a sus fotografías se exponen al público los primeros óleos de Brizuela. Ambos artistas mantienen una intensa comunicación, aún en la distancia, hasta la inesperada muerte de aquél en Granada, España en 1926.  Nuestro pintor siente un entrañable cariño por su maestro, sus obras tienen lugar de privilegio en todos los salones que organiza, también lo tienen en sus cuadros y en sus fotografías. La prensa de la época lo destaca. Por ejemplo, un artículo publicado por el diario La Capital de Rosario, dice en relación a la Exposición de Fotografías y óleos de L B en el Circulo de Rosario: “Con un botijo que Bermúdez utilizó en muchos cuadros y que legara a Brizuela, ha hecho éste “Los botijos” con calidad y perspectiva admirable. Frente a él percibimos la realidad de la naturaleza muerta con su color sucio de tierra gredosa, de bulto, ante un ángulo de la “Iglesia de Hualfín” de Jorge Bermúdez.”

 

PINTOR DE ALGARROBOS

La decisión de Laureano Brizuela de dejar la fotografía artística para dedicarse de lleno a la pintura es un hito en su vida. Sin embargo, cambia el oficio, pero no el tema de sus obras: en ellas sigue siendo el paisaje, las montañas y el algarrobo, el centro de interés. Son contados los retratos que realiza, algunos de los cuales, como “El gaucho”, es expuesto en el Salón Nacional, en estos y en los botijos de la primera época se nota la influencia del maestro Bermúdez.

Brizuela pinta su entorno naturalmente, es un enamorado de la belleza, un investigador de la luz. Es el poeta de los algarrobos. Parece que por momento acerca la lente para hacer un primer plano y se adentra en la infinita variedad de los tonos habanos que tienen sus cortezas o los pinta allá lejos, como parte inefable del paisaje. Se detiene a la orilla de un arroyo, o lo hace majestuoso, junto a la pulpería, hace un tríptico de algarrobos y los multiplica en un bosque. Por momentos parecería que uno está a su sombra cuando se miran sus cuadros. En relación a su intensa comunicación con el algarrobo, árbol sagrado en la cultura calchaquí, su amigo, el escultor Santiago Chiericco dice: ““El paisaje, del cual era él mismo, en íntima y dichosa compenetración, menos que un hombre, era un árbol…” Adhiere a la técnica del impresionismo, pinta retratos y naturalezas muertas, pero es el efecto de la luz en los cerros y en el paisaje lo que lo desvela. Al estilo de sus pares impresionistas de la época, pinta al óleo, en caballete y al aire libre. Pinta desde diferentes perspectivas varias veces el mismo motivo, como las capillas o las series del antiguo Cementerio de Choya de Catamarca. El escritor y lingüista catamarqueño Federico Pais dice de él: “Lo recuerdo una tarde frente a una tela suya, me hablaba de sus ansias furiosas de captar esa luz multitudinaria y rumorosa que lanzan al aire azul, azul, las mil hojitas voladoras del algarrobo…”

El artista Alonso Barros Peña, quien fuera director del Museo Laureano Brizuela, en una nota publicada en el diario La Unión de Catamarca del 15 de diciembre de 1963 dice de la técnica de L. B: “…observando más detenidamente la superficie de la tela vemos que mantienen una resistencia satinada, casi de esmalte; virtud que se acentúa con los barnices de cristal que empleaba y la excelente calidad de los óleos, casi todos importados: Reembrant, Lefranc, Wilson y Newton. Luego agrega: “empleaba con preferencia los pinceles chatos, de cerda dura. El soporte de sus óleos en bastidor, lo constituye un grueso cáñamo de la India, con base de albayalde y gelatina.”

“Celoso del oficio, realizaba a menudo él mismo todos estos preparativos y la preocupación por un acabado técnico, debió constituir una de las mayores ambiciones en sus búsquedas formales a juzgar por el criterio analítico con que seleccionaba su literatura referente”

En 1926 dos obras suyas, “Mañana de choya” y “Quebracho” son aceptadas en el Salón Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires. A partir de entonces expone todos los años. Su presencia continua en los Salones Nacionales organizados por el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, permiten al generoso Brizuela crear lazos con los artistas del momento y construir relaciones con las cuales cimentará proyectos para su provincia. De estos contactos nacen profundas amistades que perduraran a lo largo de su vida como Santiago Chiericco, Rogelio Irurtia, Lía Correa Morales (la pareja se alojaba en casa de los Brizuela) Cecilia Marcovich, Pablo Borgavello, Rafael Bertugno, Molina Campos, y tantos otros, sin dejar nunca la comunicación epistolar con los amigos de Santa Fe y Rosario. Se afianzan de igual modo su amistad con Ramón Gomez Cornet, Fernando Gramajo Gutiérrez y Cleto Ciochini, asiduos visitantes a su estudio.

La correspondencia y las actividades culturales que planificaba Brizuela en Catamarca con la colaboración fundamental de su amigo y primo-hermano Alfonso de la Vega (hijo de su querida tía Esther) confirma la existencia de una dinámica comunicación con artistas con los que comparte un lenguaje, una visión del arte, ideales y proyectos. Hay entre ellos solidaridad y compañerismo. Los salones y concursos organizados en Catamarca y en Santiago del Estero en ese período, son un ejemplo de esto. La entrega al trabajo por la cultura y el desapego a lo material de Brizuela fueron legendarios, más de un artículo periodístico lo destacan.

Brizuela soñaba con hacer Salones Nacionales en Catamarca y crear un Museo de Bellas Artes. Conforma una Comisión Provincial de Bellas Artes en el año 1935 integrada de esta manera: presidente Laureano Brizuela, secretario Alfonso de la Vega, tesorero Domingo Favier, vocales José A. Giménez y Paulina Galdós, conforman la comisión además Mary Walther y Luis Varela Lezana.  El Museo de Bellas Artes se inaugura oficialmente el 9 de julio de 1936, con la presencia del entonces presidente de la Nación Agustín P. Justo en una casona ubicada en la calle República 318 (rentada por el gobierno provincia) con una gran exposición. Los más destacados pintores, grabadores y escultores de la época, están presentes con sus obras: Antonio Luque, Fray Butler, Agustín Rossi, Ramón Gomez Cornet, Florencio Campos, Marco Vich, Benito Quinquela Martín, Cecilia Marcovich, Santiago Chiéerico, Lía Correas, entre otros notables.

Con la mayoría de los nombrados Brizuela mantenía una estrecha relación consolidada en su presencia anual en los Salones Nacionales de Pintura organizados por el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires. Como dijimos, Brizuela participa en ellos a partir del año 1926 donde son aceptadas “Mañana en Choya” y “Quebracho”. A partir de ese año Brizuela fue un asiduo concurrente. La primera vez que los cuadros de Brizuela ingresan al Salón Nacional, la prensa de Catamarca celebra el acontecimiento. El diario El Ambato del 24 de agosto de 1926 titulaba la noticia: Catamarca en el Salón Nacional y en la nota: “nuestros paisajes, personajes y costumbres, fueron la inspiración, no tan solo del catamarqueño Laureano Brizuela, sino también de los pintores Cleto Ciochini y Fernando Gramajo Gutierrez”, ambos pintores eran amigos y asiduos concurrentes al estudio de Brizuela.

En 1938 Brizuela gana el Premio Adquisición del Salón Nacional de Bellas Artes con su obra Día gris en Pomancillo, óleo que tiene en primer plano la Iglesia de Santa Bárbara, ubicada en ese lugar, en las cercanías de la ciudad de Catamarca en medio de un paisaje singular. El jurado estaba integrado por Emilio Centurión, León Pagano y Pío Collivadino. Este cuadro se encuentra en la embajada argentina en Washington.

En el mes de abril, varias obras de Brizuela habían sido expuestas en la Exposición de Semana Santa de la galería Müller: El algarrobo y la pulpería (óleo de extraordinaria factura con un algarrobo en primer plano y la presencia de caballos ensillados) y “Tarde gris en La Carrera”. (La Nación, 24 de abril 1938, roto grabado).

En 1938 Brizuela y sus amigos organizan el “Primer Salón de Arte del Noroeste Argentino el roto grabado del diario La Prensa le dedica media página con fotografías de los cuadros. También lo informa el diario La Nación.

En el mismo año 1938 la comisión del Museo, liderada por Brizuela, organiza el “Primer Salón Nacional de Pintura del Noroeste Argentino”, con la presencia de notables artistas de la época, Enrique de Larrañaga, Ramón Gómez Cornet, Florencio Molina Campos, Fernando Gramajo Gutierrez, Santiago Chiericco, entre otros. Los diarios La Prensa y La Nación de Buenos Aires se hacen eco de este acontecimiento y reproducen importantes fotografías de las obras y de los protagonistas.

En abril de 1941 el Museo de Bellas Artes de Catamarca, organiza un “Salón de Arte Pictórico” en la ciudad; el jurado de admisión y premios está conformado por Ramón Gomez Cornet y Laureano Brizuela -por la comisión organizadora- y por Enrique de Larrañaga designado por los artistas concurrentes. En buenos aires los diarios La Nación y La prensa lo destacan, lo mismo que la prensa de Catamarca (El Ambato, 28 de abril 1941). Entre las 170 obras que se exponen y entran en concurso, están las de: Cecilia Marcovich, Alfredo Guido, Rafael Bertugno (1° Premio en grabado) Rogelio Irurtia, Pablo Borgavello, Lía correa Morales, Emilio Centurión, Florencio Molina Campos, Ana Weiss de Rossi, Quinquela Martín, Juan Carlos Miraglia, Víctor Rebuffo, entre tantos otros.

En el año 1946, la Galería “Rose Marie” de Buenos Aires (Florida 433) organiza la muestra EL PAISAJE ARGENTINO, sus principales intérpretes en la actualidad. L.B. es uno de los expositores junto a José Malanca, Demetrio Iramain, Enrique Larrañaga, Adán Pedemonte, Fray Butler, Rafael Bertugno, Manuela Allés Monasterio, etc.

Las publicaciones de sus óleos en los Catálogos de los respectivos Salones, muestran obras hasta ahora desconocidas en Catamarca: “Mañana en los Ejidos” Salón 1930 “Paisaje de Pomancillo” y “Gaucho de Pomancillo” Salón 1940, “Paisaje de Catamarca” Salón 1944, “Silencio en Choya” (Salón 1946) “Paisaje catamarqueño” 1947. 

En 1950 realiza su primera Muestra Individual en la Galería Müller de Bueno Aires, con una positiva repercusión de la crítica y el público. Lo diarios de Rosario y de Santa Fe lo homenajean con críticas muy buenas y lo siguen llamando “el maestro del paisaje”.

Estando en la ciudad visita al escultor Santiago Chiericco, su amigo, con el propósito de solicitarle un retrato de sí mismo. Con la mayor naturalidad y tranquilidad le explica que lo quiere para dejar a su familia, ya que según le había dicho su médico, la muerte estaba próxima. Santiago en principio se niega, pero ante la seguridad de su amigo, accede, optando –como dijo después- por “el derecho a la muerte” que tiene cada uno. En un escrito publicado en el Nº 5 de la Revista Cultural Árbol (1956) que editaba la Dirección de Cultura de la Provincia de Catamarca el mismo Chiericco cuenta que en dos sesiones terminó el retrato y que durante ellas charlaron serenamente de cualquier cosa. Luego con Rogelio Irurtia lo despiden en la Estación de trenes de Retiro en un clima de alegre amistad, sin imaginarse que era la última vez que lo veían.  Laureano Brizuela muere repentinamente en la ciudad de Catamarca el 28 de noviembre de 1951. La cabeza de Brizuela, obra maestra de Santiago Chierico, está actualmente en el Museo de Bellas Artes de la provincia.

Sus obras están en el Museo Nacional de Bellas Artes, (en préstamo en la Embajada Argentina en Washington y en la sede de la OEA), en el Museo Sívori, en el Rosa Galisteo Rodriguez de Rosario, en el Castagnino, en el Museo de Bellas Artes de Catamarca, en los Museos de Bellas Artes de La Rioja y Santiago del Estero y en importantes colecciones privadas. 

 

 

 

Fuentes consultadas:

Laureano Brizuela, el fotógrafo, el pintor, el hombre. Gabriela Estela de la Orden- Graciela Pernasetti en Revista del Centro de Estudios Genealógicos y Heráldicos de Catamarca Año V-Nº 5 – Actas II Jornadas de Historia de la Familia y Genealogía de Catamarca -Catamarca, Argentina 5 y 6 de julio de 2014

-Archivo particular de la familia Pernasetti- Brizuela